¿Qué es un radar de tramo?

Los radares de tramo están operativos desde 2010, se instalan en autopistas, autovías y carreteras convencionales y pueden tener varios kilómetros de longitud.

Para advertir a los conductores de la cercanía de un tramo de velocidad controlada, se señaliza con antelación con el panel correspondiente.

En realidad no son ‘radares’ propiamente dicho, como los cinemómetros.

Se trata de un sistema de cámaras que graban de forma continua, se identifica la matrícula de cada vehículo a la entrada y a la salida del tramo. Un ordenador relaciona las matrículas iguales, comprueba los tiempos de paso y calcula la velocidad media del vehículo.

Cuando la velocidad media del recorrido está por debajo del límite, no hay infracción. Pero si la velocidad media del trayecto supera el límite, se tramita la denuncia de la infracción.

GLORIETAS

Conocemos las glorietas desde hace décadas, la primera en España se construyó en 1976, pero muchos conductores aún no saben utilizarlas correctamente.

Entre 2015 y 2019 se registraron 45.000 siniestros con víctimas en intersecciones giratorias con 317 muertos y más de 58.000 heridos de diversa consideración, según un informe de Automovilistas Europeos Asociados, que revela además que casi el 10% de los accidentes con víctimas ocurren en glorietas.

Urge por tanto explicar, una vez más, cómo debemos abordar una glorieta de forma segura.

Las glorietas son un tipo intersección distinta al resto, donde no rige la regla general de prioridad de paso a la derecha, pues la prioridad es de los que ya están dentro de ella (siempre que una señal -un semáforo, por ejemplo- no diga lo contrario).

Hay tres momentos clave cuando abordamos una glorieta: la entrada, la circulación interior y la salida. Y en todos esos momentos es necesario tener claro cómo actuar:

Entrada, momento crítico

La aproximación y el acceso a la rotonda son momentos críticos, en los que se producen más de la mitad de los accidentes.

Cuando nos acercamos a una glorieta, debemos observar hacia la izquierda (no solo a los que circulan por dentro de la glorieta, sino también a aquellos que van a entrar en la misma por las entradas que se nos quedan a nuestra izquierda, pensemos que en un segundo estarán dentro de la glorieta, hacia nosotros, y con prioridad).

Un error muy común, es empezar la observación cuando ya estamos encima de la línea transversal, una glorieta, por sus características físicas, se puede empezar la observación con mucha antelación, lo cual nos facilitará esa decisión final de entrar o detenernos para conceder la prioridad.

El acceso a la rotonda puede complicarse cuando hay obstáculos a la visibilidad, como otros vehículos voluminosos o un acceso en pendiente. En estos casos, reduciremos la velocidad tanto como sea necesario y nos detendremos antes de entrar si no gozamos de una visión completa.

Ser pacientes y no precipitarnos.

Reduciremos la velocidad, adecuándola a la señalización y al tráfico en la vía por la que circulamos. Y nunca entraremos en la rotonda sin estar seguros de que podemos hacerlo sin peligro.

Y, en todo momento, tenga en mente la principal norma en las glorietas: la prioridad es de los vehículos que circulan dentro. Por tanto, en el acceso cédales siempre el paso, incluso deteniendo su vehículo si fuera necesario.

Para entrar también es fundamental situarse correctamente.

Si hubiera más de un carril en la entrada, el que se la va a hacer por la derecha, ha de colocarse en la derecha, y el que se la va a hacer por el carril interior, se colocará en el carril izquierdo.

 

Dentro, por el carril exterior

Una vez dentro de la rotonda, deberemos circular por el carril exterior siempre que esté libre, y utilizaremos los demás para adelantar.

En las glorietas situadas dentro de zonas urbanas, tendremos permitido circular utilizando el carril que más convenga a nuestro destino aunque, si vamos a abandonar la glorieta por las primeras salidas, la opción más recomendable será usar el carril exterior.

Pero cuidado: si vamos a tomar las últimas salidas o a cambiar de sentido, el carril exterior puede no ser la mejor opción en glorietas muy transitadas. En estos casos, lo más aconsejable es usar los carriles interiores -si los hay-, buscar el exterior progresivamente antes de llegar a la salida, señalizando cada cambio de carril y respetando la prioridad de otros vehículos.

 Salir, desde la derecha 

En caso de que el tráfico hace imposible cambiar a tiempo al carril exterior, lo más seguro es dar otra vuelta para buscar la colocación adecuada. Por tanto, al acercarnos a nuestra salida, deberemos estar situados en el carril exterior y señalizar la salida para que los demás conductores sepan que abandonamos la glorieta.

Y, una pregunta frecuente: ¿está permitido salir de la glorieta desde los carriles interiores? La respuesta es no, como norma general. La norma obliga a salir por el carril exterior derecho para evitar una de las infracciones clásicas en las glorietas: la ‘cruzada’ desde el carril interior, maniobra que puede provocar la colisión contra un vehículo que circule de forma reglamentaria. 

Galones, señales viales para marcar la distancia de seguridad

Podemos encontrar en varias carreteras españolas esta señal vial, con forma de flecha, que se conoce como galón y que tiene por objeto que guardemos la distancia de seguridad con el vehículo precedente en aquellos tramos donde exista riesgo de colisión por alcance.

Las marcas en el suelo irán acompañadas de una señal lateral que indicará la presencia de galones en las vías y explicará el número de ellos que debemos dejar de distancia con el vehículo que nos precede.

Los galones se están colocando en aquellos tramos de carretera que revisten mayor riesgo por diferentes motivos, ya sea porque sea frecuente la densidad de tráfico, por el trazado o características de la vía o por ser habituales determinadas condiciones climáticas adversas. Los galones se colocarán tanto en autopistas y autovías, como en carreteras convencionales y túneles.

El galón indicará la distancia de seguridad que habrá que mantener con el vehículo que nos precede, y deberemos separarnos dos galones del vehículo que nos precede, excepto si se trata de un vehículo cuya carga máxima autorizada sea de 3.500 kg, con el que deberemos guardar tres galones de distancia.

En cuanto a los metros, en el caso de tratarse de carreteras con límite de 120 km/h., la distancia que nos obligará a mantener el dejar libres dos galones será de 100 metros, mientras que en carreteras, por ejemplo, con límite de 100 km/h. la distancia será de 85 metros.  De los vehículos pesados anteriormente mencionados nos separarán unos 150 metros en autopistas y autovías.

Con esta medida se pretenden evitar accidentes y llevar un mejor control de aquellos conductores que tienen la fea costumbre de “achuchar” al vehículo que le precede.

Recordad que mantener la distancia de seguridad en carretera es muy importante y tened en cuenta que en caso de colisión la culpa es siempre del que golpea por detrás.

Gafas de repuesto

Muchos conductores todavía creen que en la guantera deben guardar un par de gafas de repuesto. No deja de ser recomendable tenerlas, por si acaso, pero la ley no obliga a ello.

Luces de repuesto

También persiste la duda sobre las luces de repuesto, igual que con las gafas, y la respuesta es la misma: no son necesarias. La Orden PRE/52/2010, de 21 de enero, suprimió “la obligación de llevar un juego de lámparas de las luces del vehículo, pues cada vez más vehículos llevan un dispositivo de alumbrado que sólo se puede manipular en los talleres autorizados y no por el usuario”.

La pegatina de la ITV

Olvidarse de la inspección técnica de vehículos equivale a exponerse a una multa de 200 euros. Pero, aunque esté superada la ITV, los conductores también pueden llevarse un disgusto si se olvidan de poner la pegatina en el parabrisas.

Lo dice el artículo 11 del Real Decreto 224/2008, de 15 de febrero: “Los vehículos que hayan superado favorablemente la inspección técnica periódica ostentarán en sitio bien visible un distintivo, en el que se señale la fecha en que deben pasar la próxima inspección”. Se trata de una infracción leve, castigada con una sanción de hasta 100 euros (se aplican normalmente 80).

La aproximación y el acceso a la rotonda son momentos críticos, en los que se producen más de la mitad de los accidentes (54%), según un estudio de la aseguradora AXA.

Cuando nos acercamos a una glorieta, debemos observar hacia la izquierda, ser pacientes y no precipitarnos. Reduciremos la velocidad, adecuándola a la señalización y al tráfico en la vía por la que circulamos. Y nunca entraremos en la rotonda sin estar seguros de que podemos hacerlo sin peligro.

Y, en todo momento, tenga en mente la principal norma en las glorietas: la prioridad es de los vehículos que circulan dentro. Por tanto, en el acceso cédales siempre el paso, incluso deteniendo su vehículo si fuera necesario.

«En el acceso a una glorieta hay que anticiparse, observar y respetar la señalización. Y sobre todo, entrar a una velocidad adecuada», explican desde el Área de Formación de Conductores de la DGT.

El acceso a la rotonda puede complicarse cuando hay obstáculos a la visibilidad, como otros vehículos voluminosos o un acceso en pendiente. En estos casos, reduciremos la velocidad tanto como sea necesario y nos detendremos antes de entrar si no gozamos de una visión completa.

Para entrar también es fundamental situarse correctamente: en una glorieta, es obligatorio acceder desde el carril derecho siempre que esté libre y sea posible.

En caso de que el tráfico hace imposible cambiar a tiempo al carril exterior, lo más seguro es dar otra vuelta para buscar la colocación adecuada. Por tanto, al acercarnos a nuestra salida, deberemos estar situados en el carril exterior y señalizar la salida para que los demás conductores sepan que abandonamos la glorieta.

Y, una pregunta frecuente: ¿está permitido salir de la glorieta desde los carriles interiores? La respuesta es no, como norma general. La norma obliga a salir por el carril exterior derecho para evitar una de las infracciones clásicas en las glorietas: la ‘cruzada’ desde el carril interior, maniobra que puede provocar la colisión contra un vehículo que circule de forma reglamentaria.

Una vez dentro de la rotonda, deberemos circular por el carril exterior siempre que esté libre, y utilizaremos los demás para adelantar.

En las glorietas situadas dentro de zonas urbanas, tendremos permitido circular utilizando el carril que más convenga a nuestro destino aunque, si vamos a abandonar la glorieta por las primeras salidas, la opción más recomendable será usar el carril exterior.

Pero cuidado: si vamos a tomar las últimas salidas o a cambiar de sentido, el carril exterior puede no ser la mejor opción en glorietas muy transitadas. En estos casos, lo más aconsejable es usar los carriles interiores -si los hay-, buscar el exterior progresivamente antes de llegar a la salida, señalizando cada cambio de carril y respetando la prioridad de otros vehículos.

Salir, desde la derecha

En caso de que el tráfico hace imposible cambiar a tiempo al carril exterior, lo más seguro es dar otra vuelta para buscar la colocación adecuada. Por tanto, al acercarnos a nuestra salida, deberemos estar situados en el carril exterior y señalizar la salida para que los demás conductores sepan que abandonamos la glorieta.

Y, una pregunta frecuente: ¿está permitido salir de la glorieta desde los carriles interiores? La respuesta es no, como norma general. La norma obliga a salir por el carril exterior derecho para evitar una de las infracciones clásicas en las glorietas: la ‘cruzada’ desde el carril interior, maniobra que puede provocar la colisión contra un vehículo que circule de forma reglamentaria.