Cómo colocar correctamente los asientos del vehículo

Es de todos conocida la clásica norma de que el asiento del conductor está bien reglado cuando nos permite accionar los pedales sin necesidad de estirar completamente las piernas y que, al estirar los brazos, las muñecas quedan en la parte alta del volante sin despegar la espalda del respaldo. Sin embargo, a pesar de la norma no lo hacemos bien ni como conductores ni como pasajeros. 
Fuente: CNAE.

En este artículo daremos unas pautas sencillas para sentarnos al volante de forma segura.

– Hay que buscar una posición cómoda que no fatigue prematuramente al conductor mientras conduce pero que le permita una ergonomía adecuada para manejar los mandos de conducción. En otras palabras, estar excesivamente tumbado en el asiento puede ser muy cómodo, pero no es ergonómico y además, es peligroso. Estamos conduciendo, no descansando. Una postura correcta le permitirá reaccionar mejor y más rápido ante cualquier imprevisto, ya que llegará mejor a los mandos. 

– Siéntese y mueva el asiento hasta que sus piernas queden ligeramente flexionadas y sus muslos no interfieran en el giro de la dirección. Esto le permitirá pisar el embrague o el freno a fondo si hace falta. Mueva la banqueta inferior del asiento, para inclinarla ligeramente hacia arriba. Esto facilitará los movimientos de los pies, reducirá la fatiga al conducir e impedirá que en caso de colisión la parte inferior del cuerpo se desplace hacia delante.

– Después regule el respaldo, de forma que éste no quede ni muy lejos ni muy cerca del volante, ya que le impediría girarlo con soltura. Una vez establecida la correcta distancia, regule su inclinación. No es conveniente que forme un ángulo recto de 90º con el cuerpo, ya que, en ese caso, no existe apoyo de la espalda completa en el respaldo, ni rozamiento, y en caso de accidente, el ocupante del asiento se movería lateralmente con mucha facilidad. Lo correcto es regularlo para que forme un ángulo de 25º aproximadamente con la vertical de su cuerpo, pero de forma que siga accediendo a los mando de forma cómoda y nada forzada. 

– Ya sentado, extienda el brazo por encima del volante. La muñeca, a la altura del reloj, debe descansar en la parte superior. Así, los brazos quedan suficientemente flexionados para conducir con comodidad. La postura correcta de las manos al volante, imaginando que éste es un reloj, sería que ocuparan ‘las diez y diez’. Naturalmente al maniobrar se modificará la postura, pero no hay que sujetar el volante por debajo ni cruzar los brazos.

– El cinturón de seguridad es fundamental. Es el que impedirá que en caso de choque por alcance, el cuerpo se desplace y lo mantendrá sujeto al asiento, evitando lesiones de mayor consideración. Su colocación correcta puede salvarle la vida y además, ayudará al reposacabezas a realizar su labor en caso de colisión. Una vez enganchado el pretensor al punto de anclaje inferior, tire de la banda abdominal asegurándose de que quede bien pegada a las espinas ilíacas en la zona de la cadera, después tire de la banda transversal superior para que el pretensor recoja cinta. La banda transversal debe estar colocada en el pecho. En su parte superior debe estar tocando el hombro pero alejada de la zona del cuello del ocupante para evitar posibles estrangulamientos en caso de colisión. 

– Es fundamental regular el reposacabezas también para evitar el movimiento excesivo del cuello y la posibilidad de sufrir latigazos cervicales en caso de accidente. En caso de colisiones traseras, el cuello realiza dos movimientos (hacia atrás-hiperextensión y hacia abajo-hiperflexión). Si la colisión es delantera, el movimiento del cuello es el contrario, el cuello realiza primero la hiperflexión, hacia abajo, y después, la hiperextensión hacia atrás. Regule su altura de manera que el centro de gravedad de la cabeza (a la altura de los ojos) coincida con la parte resistente del reposacabezas. No lo sitúe más bajo, puede agravar las lesiones. No se apoye en él, es un elemento de seguridad, no de comodidad. Asegúrese de que queda correctamente bloqueado. 

– Por último, y antes de arrancar, no se olvide de regular todos los retrovisores (interiores y exteriores) del vehículo en un terreno llano. Primero, centre el interior, con la luna trasera de forma que, a través de él, no necesite mover la cabeza, sino desviar ligeramente la mirada de la carretera. Después, regule los retrovisores laterales, hasta que pueda ver los carriles laterales en su totalidad.